Este espacio es para contarles un poco de mi historia. Más bien, es un cómo he llegado a ser quien soy y las motivaciones detrás de mi proyecto de vida como consultora y emprendedora.

Mi nombre es Lorena, nací en Coahuila, al norte de México. Estudié Mercadotecnia en la Universidad del Valle de México, ahí encontraba balance entre mi fascinación por el análisis y los números, con mi amor por la creatividad. Tenía lo mejor de ambos mundos y cuando me gradué, no podía esperar por encontrar trabajo en uno de esos imponentes corporativos de los que leía en clase. Frecuentemente escuchaba de mis compañeros frases como “quieres comerte al mundo” y la verdad es que tenían razón. Había un mundo de sueños esperando allá afuera por hacerse realidad.

Me mudé a la Ciudad de México poco después de finalizar los estudios y tuve la gran dicha de desarrollarme en el departamento de marketing de empresas internacionales: investigación de mercados, generación de demanda, branding… fui guiada por excelentes mentores a quienes admiro, colaboré con personas de todo el mundo y lideré equipos multidisciplinarios con maravillosos resultados. Sin embargo, algo dentro de mí deseaba enfocar todo ese esfuerzo y dedicación a mi propio sueño, pues en ese momento sentía que luchaba por el de alguien más.

Hasta este momento, mi historia es parecida a la de tantos emprendedores en busca de ese crecimiento personal y profesional, que difícilmente encontramos dentro de las empresas. Sin embargo, todo cambió de una manera que no imaginaba.

Una fuerte crisis personal me llevó a realizar grandes transformaciones en mí misma. Regresé a casa. Descubrí el mundo del desarrollo interior y eso trajo una satisfacción que nunca había experimentado, ni siquiera al cumplir sueños en los corporativos o en la gran ciudad. Se trataba de fortaleza, seguridad y una nueva claridad sobre lo invaluable de la vida. Un tipo de realización que trae resultados positivos por sí misma, como si todo tuviera sentido y se alineara en armonía para prosperar. Un crecimiento que sigue durante toda nuestra existencia, ya que cada día tenemos la oportunidad ser mejores.

Este fue el inicio de mi búsqueda de propósito como profesionista y no descansaría hasta encontrar la manera de llevar a las empresas todo el potencial del crecimiento personal.

Luego de plantearme diferentes proyectos y tras meses de mucha reflexión, comprendí que cuando dejaba de lado todo lo que sabía y me enfocaba en lo que me motivaba profundamente, al final siempre llegaba a los mismos tres pilares: Filosofía, Cultura y Reputación.

Así es como descubrí que la gestión de marca (corporativa o personal) basada en estos cimientos, puede convertirse en la esencia que ayuda a las empresas a alcanzar sus objetivos de manera sólida y, por lo tanto, sostenible a través del tiempo. Aspectos invaluables, como les llamo, que los harán destacar sobre los demás con autenticidad. Marcas con alma que hacen clic con sus clientes y generan fidelidad. Entornos donde los colaboradores trabajan por un mismo propósito.

Tal vez suena muy idealista, pero estos escenarios existen actualmente en los diferentes tipos de empresas y el mundo profesional marcha cada día más en esa dirección, un paso a la vez. Es cuestión de atreverse a transformarse y alcanzar la versión invaluable de la marca que ya has creado.

Te invito a que logremos juntos esta meta y hagamos que la realidad supere a los sueños que alguna vez tuvimos.

Con cariño,